La sonata a trío: los más escondidos secretos de la armonía en la ejecución más artística

La presente grabación constituye la celebración de los quince años en activo del conjunto Ensemble Diderot. La formación, fundada y dirigida por el violinista austriaco Johannes Pramsohler ha dedicado sus esfuerzos y su talento a la exploración y puesta en escena del repertorio de la música barroca de cámara. De esta forma, sus programas se han centrado mayormente en el inmenso acervo de trío sonatas, cuartetos y sonatas para grandes conjuntos de los siglos XVII y XVIII, y su producción discográfica -editada con el sello propio Audax Records- supera la veintena de discos, ordenados temáticamente en los dedicados a sonatas a trío, los centrados en conciertos o la serie asociada a ciudades europeas.

El volumen que nos ocupa ha seguido de cerca en el tiempo a Travel Concertos, publicado a finales del año pasado, y a Sonate a quattro, que vio la luz en mayo, lo que ofrece una muestra de lo prolífico del ensemble. Ahora le ha tocado el turno a las trío sonatas de Johann Gottlieb Goldberg, compositor cuya obra ya protagonizó el anterior disco Sonate a quattro, y Wilhelm Friedemann Bach, el hijo mayor del genio de Eisenach. El espíritu de Johann Sebastian planea sobre esta obra, pues, como indica Pramsohler, podemos asumir que llegó a escribir sonatas para dos violines y bajo continuo, aunque no haya llegado ninguna hasta nosotros. Así que nos tendremos que conformar con las que tenemos de sus alumnos aventajados, que no es poco.

Este proyecto ha reunido a la formación original del Ensemble Diderot, es decir, Johannes Pramsohler y Roldán Bernabé en los violines, y Gulrim Choï y Philippe Grisvard interpretando el chelo y el clavicémbalo, respectivamente, a modo de bajo continuo. El disco contiene la grabación de cuatro piezas de Johann Gottlieb Goldberg (1727-1756) y una de Wilhelm Friedemann Bach (1710-1784).

Goldberg ha pasado a la posteridad por las famosas variaciones que llevan su apellido compuestas por J. S. Bach por encargo del conde Hermann Carl von Keyserlingk. De acuerdo con el biógrafo de Bach Johann Nikolaus Forkel, el noble le habría encargado estas piezas para que fuesen interpretadas por su teclista, el joven y talentoso Johann Gottlieb Goldberg, con el fin de que le ayudasen a conciliar el sueño. No obstante, el director del ensemble, Johannes Pramsohler, en las notas que acompañan a la edición, sugiere tratar con cautela las historias y anécdotas que nos han llegado sobre Goldberg a través de Forkel, quien apenas tenía siete años cuando falleció el músico, pues es probable que las hubiera sometido a cierto embellecimiento y mitificación.

Con todo, la imagen que ha llegado hasta nosotros es la de un niño prodigio de la tecla, que recibió su elevada formación musical primero de Wilhelm Friedemann Bach, y, posteriormente, de su padre, el mismísimo Johann Sebastian. Otra de las fuentes sobre su persona, el escritor Johann Friedrich Reichardt, lo presenta como terco y melancólico, con tendencia a destruir sus propias composiciones, de forma que, según Reichardt, la pequeña parte de las que han sobrevivido constituyen “aburridas miniaturas para damas”. Se sabe que compuso cantatas, piezas para tecla, conciertos para clave, preludios corales y seis sonatas a trío, cuatro de las cuales integran este disco.

Pramsohler nos informa en su texto que J. S. Bach buscaba que sus alumnos más aventajados, entre los que se encontraba Goldberg, lograsen un grado tal de perfección como para poder “implantar los más escondidos secretos de la armonía en la ejecución más artística”. En este sentido, la sonata a trío constituía la prueba de fuego de la excelencia para los músicos de la época.

La trío sonata o sonata en trío es un formato de música instrumental compuesta en tres líneas polifónicas: dos correspondientes a instrumentos melódicos -en los ejemplos que nos ocupan, violines-, más la del bajo continuo, que es ejecutada generalmente por dos instrumentos, uno melódico, como la viola da gamba o el chelo, y el otro polifónico, por ejemplo, clave u órgano. Este género se difundió a lo largo del siglo XVII por toda Europa -menos a España, que parece que quedó ajena al fenómeno-, de manera que se han llegado a contar hasta ocho mil compuestas en el periodo de cien años. La sonata impulsó el protagonismo del violín como la nueva estrella de la música barroca, si bien en el formato a trío el despunte del instrumento está más limitado, dado que los dos violines tienden más al diálogo en patrones rítmicos complementarios que a la realización de deslumbrantes ejercicios de estilo, como en el formato a solo.

El cedé de Ensemble Diderot incluye también una pieza de Wilhelm Friedemann Bach, complementando las cuatro de Goldberg. El primogénito de J.S. Bach, que ejerció como el primer profesor de Johann Gottlieb Goldberg, es considerado el músico más avezado de toda la progenie del compositor. Sin embargo, de acuerdo con su biógrafo David Schulenberg (The Music of Wilhelm Friedemann Bach, 2010) su música nunca fue ampliamente distribuida, y ha sido poco interpretada y publicada en comparación con las de sus hermanos Emanuel y Christian, de forma que a su juicio “Friedemann ha sido una especie de nota al pie en la historia de la música”. Una posible explicación alude a que su música resulta mucho menos diversa que la de otros creadores de su época, o, también, que haya sobrevivido una pequeña parte poco representativa de ella. Schulenberg también se plantea si se trataba de un carácter tan perfeccionista que solamente dejaba salir de su estudio las piezas más conseguidas técnicamente. La trío sonata incluida en el disco fue compuesta poco antes de su muerte, que tuvo lugar de manera prematura en 1756, y, aunque en principio estaba concebida para dos violines solistas, fue arreglada posteriormente para violín y flauta. Ensemble Diderot, no obstante, ha basado su grabación en la versión original para violines.

Como es habitual en los programas ejecutados por este conjunto, esta obra nos permite disfrutar de piezas del Barroco tardío que no son muy conocidas o que no han sido en exceso interpretadas, reflejando toda su grandeza y colorismo. Se trata de un gran regalo de aniversario para todos los que seguimos la carrera de este brillante grupo.

Crítica de Pablo Rodriguez Canfranc para MusicaAntigua.com

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