Nuevo disco de Les Musiciens de Saint Julien, en esta ocasión centrado en Sandrine Chatron (arpa) y François Lazarevitch (flauta) para Alpha Classics

Tres conciertos para flauta de Mozart en un solo concierto: ¿por qué? El propio Mozart admitió que la flauta no era un instrumento que le gustara. En una carta a su padre, escribió que «escribir para un instrumento» que «no soporta» le hacía «cosas completamente gleich».

Sin embargo, lo compuso.
Escribía por necesidad, en un momento en que él y su familia se encontraban en una situación económica muy precaria.
Escribía en soledad: su hermana y su padre permanecían en Salzburgo y le traían noticias de las guerras en Alemania, que eran muy angustiosas.
Escribía por encargo para ganarse la vida él y su madre, que le había seguido a París, donde la competencia era feroz y tenía que luchar.
Componía, y era maravilloso escuchar todas sus composiciones en un mismo concierto, pues imponía su genio en su música sublime:
– el Concierto en Sol K. 313, encargado por el mecenas holandés De Jean ;
– el concierto en Re K. 314, transcripción de un concierto anterior para oboe;
– el concierto para flauta y arpa K. 299, destinado al duque de Guines, que amaba tocar la flauta y quería tocar con su hija, una joven arpista a la que Mozart había dado clases. Este concierto es una de las obras más conocidas del joven Mozart y, sin embargo, una de las menos interpretadas en la actualidad.
Con su frescura, sencillez y capacidad de alegría, Mozart transporta al oyente lejos de los tiempos difíciles.

Traducción realizada con la versión gratuita del traductor DeepL.com

 

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